El 23 de julio de 1967, Vélez y Boca igualaron 1-1 en Liniers por el Torneo Metropolitano. Aquella tarde marcó un hecho histórico, ya que en el 11 titular del Fortín, hacia su presentación un tal Carlos Bianchi, que sería el máximo goleador de Vélez, y el entrenador más ganador con los dos clubes protagonistas en dicho encuentro.
Carlos Bianchi empezó a jugar desde los 14 años en las divisiones inferiores de Vélez, mientras ayudaba a su padre en un puesto de diarios y revistas, tras abandonar los estudios secundarios. La rutina era madrugar todos los días, llegar a su casa a almorzar, y luego ir a entrenar al Viejo Fortín. Hasta que en 1967, el emblemático Victorio Spinetto lo hizo debutar a los 18 años.
El debut como profesional fue en el Metropolitano de 1967. Aquel campeonato consistía en dos grupos de 11 equipos en ruedas de ida y vuelta con partido interzonal. Los dos primeros de cada zona avanzaban a las semifinales, y disputaban el Torneo Nacional más los cuatro siguientes. Vélez finalizaría tercero en el grupo A, dos puntos detrás de Estudiantes de La Plata que fue el campeón y de Racing que perdió la final frente al Pincha.
Se disputaba la penúltima fecha, y el equipo dirigido por Victorio Spinetto se ilusionaba con disputar las semifinales. Tenía al frente a Boca, rival directo que no conseguía la victoria hace cinco partidos. Y cerraba frente al líder Racing en Avellaneda, que en los partidos anteriores perdió puntos, al igual que Estudiantes y el Fortín empezaba a pisar los talones.
Aquella tarde ante una multitud en el Estadio José Amalfitani, fue el comienzo de Carlos Bianchi con la V azulada en el pecho. El partido finalizó 1-1, donde Carlitos asistió al Turco Omar Wehbe para poner en ventaja al Fortín. Nicolás Novello decretó el empate.
Carlos Bianchi tuvo que esperar un año para anotar su primer gol en primera división. El primer grito de los 206, fue el 7 de julio de 1968 en la victoria por 4-2 frente a Argentinos por el Metropolitano. En ese mismo torneo, le rompió el récord a su ídolo Amadeo Carrizo, que terminó con la marca de 769 minutos con la valla invicta en el empate 1-1 frente a River en Liniers.
Meses después, se dio el gusto de gritar campeón del Nacional, lo que significó la primera estrella de Vélez de la mano de Manuel Giúdice. En aquel campeonato, Bianchi aportó siete goles, donde marcó dos dobletes, y un tanto en el recordado 11-0 frente a Huracán de Ingeniero White, la mayor goleada a favor del Fortín.
El artillero siguió rompiendo redes, y fue el máximo goleador en los torneos Nacionales de 1970 con 18 goles y 1971 con 36 tantos, antes de irse al fútbol francés. En 1980 regresó al club de sus amores y en 1981volvió a liderar la tabla de goleadores con 15 anotaciones.
Finalmente el 1de julio de 1984, fue su último partido con la V azulada. Aquella tarde el rival fue justamente Boca, mismo adversario en que enfrentó en su debut, y otra coincidencia es que se jugó en el José Amalfitani. Pero más coincidencia no hubo, ya que el Fortín cayó por 2-1 con un doblete de Ricardo Gareca, uno de los ídolos del club de Liniers.
Al año siguiente, colgó los botines con el Reims de Francia, y comenzó su etapa como entrenador, donde fue ídolo en Vélez y en Boca. En 2015, de la mano de la Sub Comisión del Hincha de Vélez, el Virrey tuvo el descubrimiento de su estatua, y su nombre quedó grabado eternamente en Liniers.
Por: Lucas Morel
Twitter e instagram: @lucasmorel21
Comments