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Foto del escritorTaco y Pelota

El robo al “expreso”


Pasaron 87 años, pero en la memoria histórica argentina siempre tendrá un lugar reservado para recordar el primer robo deportivo. Pero lo más que lo recordarán serán los simpatizantes del Lobo platense, porque fue al equipo de La Plata que le negó la posibilidad de salir campeón. La causa no tenía el poderío y el dinero de los grandes.

Si ustedes pensaban que los robos deportivos empezaron hace algunos años, se equivocan. Eso comenzó muchas décadas atrás. Por eso aquel 12 de marzo de 1933, Gimnasia Esgrima de La Plata inició su impensado camino al título, venciendo a su rival Estudiantes de visitante en la pequeña cancha de 1 y 57.

Aquel equipo era el heredero del Gimnasia campeón de 1929, que venció en la final a Boca, cuando Francisco Varallo era su estrella con solo 19 años. Ya amenazaba con ser un gran goleador, que después brilló en el equipo de la Ribera. Luego del Mundial de 1930, y un año después en el primer campeonato profesional, ya vestía la casaca boquense. Gimnasia reunió varios jugadores talentosos y de experiencia. A eso le sumó varios juveniles del club, como Arturo “Torito” Naón, su máximo goleador histórico. Todos conducidos por un caudillo de peso figura que se destacó en River, y luego, fue un entrenador consagrado, el centrocampista marplatense José maría Minella.

Desde el inicio, varias victorias seguidas de Gimnasia le dieron el rótulo como el equipo de gran revelación, quedando en claro que River, Boca, y San Lorenzo eran los equipos a vencer. En realidad, era el Lobo platense contra los cinco grandes, como quedaría reflejado en la tabla final. En aquel arranque impresionante, venció 5-2 a Boca, 7-1 a Talleres, 7-1 a Tigre, y como visitante 5-1 a Chacarita. El equipo era lujoso y contundente, enseguida la bautizaron “el tren expreso”, porque no se detenía ante nada ni nadie.

Gimnasia ganó la primera rueda con dos puntos de ventaja, y en la fecha 18, presentó un equipo suplente para enfrentara Estudiantes en el Bosque. La historia recodará: que fue el primer equipo fuera de los cinco grandes, que ganó una primera rueda entre 1931 y 1966. En el Clásico, el Lobo tuvo que jugar con un conjunto alternativo, por una huelga de los titulares, ya que los dirigentes le habían prometido un premio que nunca abonaron. Si, pasó hace 87 años, y es como si fuera hoy, ese día los juveniles vencieron al Pincha por 1 a 0.

Cuando volvieron los titulares si bien perdieron algunos puntos como visitante, como local hacían la diferencia. En aquel torneo de 1933. Gimnasia sumó 16 triunfos y su único empate 1 a 1 con Racing. Pero el robo empezó cuando faltaban nueve fechas para finalizar el torneo. El Lobo visitó a Boca. El partido se jugó el 24 de septiembre y el protagonista fue el árbitro De Dominicic: los dirigidos por Minella ganaban 2 a 1. En el segundo tiempo cobró un penal inexistente para el local que convirtió Varallo, y pocos minutos después, convalidó un tanto de Nardelli en clara posición adelantada. El encuentro terminó 3 a 2, y quedaba claro que los poderosos impedían que Gimnasia ganara el torneo.

Dos fechas más tarde, el Lobo llegaba igualado con Boca en el primer lugar, y visitaba a San Lorenzo en el Viejo Gasómetro. Los cuevos eran escolta y tenían un gran equipo. El árbitro designado fue Alberto Rojo Miro, quien no tuvo piedad al perjudicar al conjunto platense. El juez que lo dirigió frente al Xeneize, había sido expulsado de la liga por su pésimo desempeño. En aquel encuentro fatídico, San Lorenzo vencía por 2 a 1. Gimnasia buscaba el empate, pero cada acción de peligro frente al arco local, terminaba con un fuera de juego o con falta de los delanteros. Quedando en claro que otra vez había una mano negra para que el Lobo no saliera campeón.

Sin embargo, el juez tenía todo planeado para que Gimnasia no se coronara. Dos minutos después, un centro enviado al área visitante, fue contenido por el arquero Herrera, apoyando los pies en la línea, la pelota pica claramente afuera. El juez y el asistente cobran el gol. Y ahí comenzó el escándalo, los jugadores platenses enloquecieron, el defensor Martín le pegó una patada a Rojo Miro y se fue expulsado.

Con el resultado 3 a 1 y un hombre de menos, resolvieron como protesta sentarse en el campo de juego. Cuando sacaban desde el medio, los jugadores de Gimnasia se quedaban parados, y así se llegó a un resultado 7 a 1. La silbatina de todo el estadio desaprobando la actitud del árbitro fue general. Rojo Miro finalizó el partido diez minutos antes. Al otro día llovieron las críticas contra el juez. Salieron en todos los matutinos y se hacían conjetura, los poderosos no quería que Gimnasia saliera campeón.

Vale la pena recordar un reportaje que le hicieron a Francisco Varallo en el 2007 que todavía llevaba al Lobo en la sangre: “el expreso era un gran equipo y debió haber salido campeón. Pero usted sabe que a Boca y a River lo ayudaban mucho, yo venia de Gimnasia y me daba cuenta. A veces uno no quiere hablar, fue una gran pena todo aquello”.

Nota escrita por: José María Matos


Twitter: josema1345


Instagram: Josemaría. matos 98

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